La falta de sueño puede incidir en nuestro rendimiento laboral o incluso provocar un accidente el trabajo
Durante los días de intenso calor de verano, el descanso nocturno es complicado en muchas ocasiones y la consiguiente falta de sueño afecta a nuestro trabajo. Esta carencia puede supone un perjuicio para el rendimiento de un trabajador en la jornada posterior.
Dentro de los parámetros que hay que vigilar para tener una correcta salud laboral, además de los hábitos saludables como una dieta sana y equilibrada y la práctica de ejercicio físico moderado, es el correcto descanso en las horas fuera del trabajo. Este descanso se traduce en las horas de sueño, que permiten la recuperación física y psíquica de los trabajadores.
Los ritmos circadianos son ciclos biológicos del ser humano que marcan su actividad. De esta forma, en las horas de mayor oscuridad se tiende a descansar, disminuyendo la actividad. En las horas de más luz, se tiende a tener mayor actividad.
Es importante mantener estos ritmos biológicos para evitar desórdenes fisiológicos, que pueden verse alterados por efectos como el jet lag provocado por el desfase horario.
Consejos para favorecer el descanso y no acumular fatiga en el trabajo
Para conciliar el sueño, desde USO recomendamos evitar:
- las comidas copiosas antes de acostarse.
- la ingesta de dulces o bebidas con cafeína (por lo menos 5 horas antes de acostarse) y alcohol.
- el uso de televisión, radio, móvil u ordenadores antes de acostarse, ya que son activadores del cerebro y dificultan la conciliación del sueño.
- realizar ejercicio físico hasta 2 o 3 horas antes de acostarse.
Entre los buenos hábitos para un mejor descanso, señalamos:
- tratar de dormir a la misma hora, siempre que sea posible.
- crear un ambiente en el dormitorio oscuro, sin mucho ruido, cómodo y con una temperatura de entre 18 y 22°c.
En función de la edad, debe descansarse más o menos horas en rangos que abarcan desde las 16-18 horas para un recién nacido a las 7-8 horas de un adulto.
Si el trabajador no descansa bien, además de una disminución del rendimiento, puede presentar síntomas como irritabilidad, presión y ansiedad que pueden provocar trastornos fisiológicos en los trabajadores.Una falta de calidad del sueño puede aumentar el riesgo de tener la presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares y renales, diabetes y obesidad.
Por ello, es de vital importancia observar los períodos de descanso requeridos por el organismo para evitar perjuicios a la salud y en el rendimiento laboral.
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